Antonio Collóniz, todo el tiempo opus est poesía completa
Leer másFilósofo y poeta / Perú
Hacer justicia a la obra de un notable poeta con una breve reseña resulta ser una tarea, por demás, insuficiente; sobre todo si nuestro personaje en cuestión posee una trayectoria de más de cincuenta años que continúa floreciendo debido a su excelencia. El caso de Antonio Cillóniz es particular en la lírica peruana.
En 1970 obtuvo el premio Poeta Joven del Perú por su libro Después de caminar cierto tiempo hacia el este, galardón que compartió con José Watanabe y el que había sido otorgado diez años atrás a Javier Heraud y César Calvo. Sin embargo, a pesar de este reconocimiento, su figura no alcanzó a gravitar fuertemente en el panorama poético nacional, tal vez por lo lejana de su residencia; el poeta radicaría desde muy joven en España, país en el que actualmente mora.
En 1973 fue antologado por el crítico José Miguel Oviedo en la colección Estos 13 junto a poetas del movimiento Hora Zero, motivo por el cual siempre se le asoció a la Generación de los 70. Este hecho fue cuestionado por el mismo poeta en “Acerca de la periodización de la poesía peruana de los años 60”, su intervención en el II Congreso de Peruanistas de Sevilla del 2004, y recogido en su libro de ensayos Crítica & Poética (2019). Cillóniz defiende la necesidad de establecer el término de “Generación del 68”, apoyado en las posturas de Alejandro Romualdo y Jorge Valenzuela, centradas en demostrar el cambio estilístico de la poesía de fines de los 60, junto a las transformaciones sociopolíticas producto del “proceso revolucionario” de Velasco Alvarado. Su condición de insularidad, resaltada por Ricardo Falla y el mismo Oviedo, si bien es cierto, ha ocultado por muchos años su obra del panorama poético peruano, hoy es plenamente reconocida y empieza a adquirir su real trascendencia.
Desde su primer libro, Verso vulgar (Madrid, 1968), puede contemplarse el flujo de una lírica reflexiva y de aspecto humanista, donde el rótulo de “poesía conversacional” abreva del modernismo anglosajón, al igual que en el caso de Rodolfo Hinostroza o Antonio Cisneros. El aspecto ético es una preocupación constante, “Hoy lo difícil no es / pintarrajear un libro. / Plantar un árbol es otro cantar” (“Historia natural del poema”), que intercala, desde la nostalgia, el desastre de la guerra, “Me sonreía / y todo para despertar y ver / que no amanece nunca tal / en realidad, como en los sueños” (“De ilusión también se muere”) y su afinidad a la clase trabajadora “Tardó en nacer / este libro / el mismo tiempo que emplearon / los obreros / en terminar de alzar la plaza”, nuevamente en “Historia natural del poema”.
Estos conceptos van a tomar dimensiones de un carácter épico en Después de caminar cierto tiempo hacia el este (Lima,1971), en el que se avista el influjo de The Cantos de Pound, al recurrir a la historia como vehículo para –en lenguaje de Walter Benjamin– la vindicación de los “vencidos”: “Ramsés II puede decir, dirigiéndose al dios Sol: / “Te he ofrecido el sacrificio de una lápida de plata, / forjada a golpes de martillo, montada en oro fino; / he construído y labrado para Ti / la augusta nave Userget de ciento treinta codos de largo”. / Pero todo artesano que cincela la piedra / está más molido que el polvo” (“Tratado del espanto”). La injusticia es percibida en toda la historia, y la voz poética se siente en la responsabilidad de visibilizar las iniquidades del poder “Los de la tribu Kaw recibieron 9,900 dólares por cabeza / por el territorio que les fuera arrebatado ilegalmente en Nebraska” situaciones que llevan a crear analogías con las tribulaciones halladas en su propia nación: “Pero nada nos dieron a los quechuas / del Cusco por el Cusco” (“Aves de mal agüero”). A pesar de su recorrido histórico, el poemario no pierde cuotas de actualidad al retratar la catástrofe de aquel año en el poema “A las víctimas del terremoto del 70”, donde se expresa una necesidad despojada de retórica “Se necesita un cargamento de remedios y víveres / para el Callejón de Huaylas, / se necesita otro de ropa y maquinaria en Huaraz”.
Si bien es cierto, obras como las dos anteriores mencionadas y Los dominios (Lima, 1975), recopilación de sus dos primeros poemarios más Fardo funerario, que incluye el sobresaliente poema rilkeano “Sinfonía del nuevo mundo”, dan cuenta de una ostensible calidad estética, es con Una noche en el caballo de Troya (Madrid 1987, Premio Extraordinario de Poesía Iberoamericana 1985) que su poesía alcanza su pleno refinamiento y madurez. El aspecto conversacional es tornado en un estilo que evoca la tradición clásica, donde lo lírico “Y quiero alzar mi canto más alto todavía / que mi mano. / Quiero tocar casi las nubes / con una voz como la lluvia” («De la tierra del fuego») conjuga plenamente con lo épico “Los grandes poemas / no cantan ya las hazañas de los terribles aquélidas / sino los horrores de las máquinas de guerra” («Arcano mundo»), sin perder el gran tema de toda su poesía: la denuncia contra la tiranía del poder. En el poema “El anónimo de Lima”, las resonancias de Leaf of grass de Walt Whitman y la unión vital entre poeta y sociedad emergen cuando manifiesta: “Escribo aquí desde una casa / lóbrega y oscura / para un niño rubio de Missouri / que espiga una llanura / amarilla de trigo bajo el sol. / Y escribo también para el viejo / negro/feo/enfermo de Brooklyn / que no sabe leer”. Posteriormente, estas cualidades son intensificadas al expresar una profunda fraternidad social, donde el yo quede diluido en un imperativo moral: “Yo escribo / para los que no saben que yo escribo / y ni siquiera que existo”. El poemario, a pesar de evocar por momentos el esplendor del mundo grecolatino, nunca abandona la esfera social que lo convoca. El héroe, figura central de este libro, no debe ser visto a la manera tradicional de las epopeyas, como figura aristocrática que invita al asombro, sino más bien como aquel anónimo sepultado por el tradicional discurso del poder; este anónimo que no es un “uno”, es el pueblo mismo: “Si preguntas a mi gente / por los grandes héroes de mi pueblo / te dirán que no saben/no contestan / pensando en el hueco de su historia / pero ellos los nombran / removiendo las piedras de la geografía / porque no conocen / ni tú / ni yo / cuando dicen nosotros” (“Una descripción del Perú”). Por otro lado, debe otorgarse especial atención para “Arcano mundo”, el poema más memorable del libro, así como uno de los más logrados de la obra total de Cillóniz y –creemos– de la literatura peruana. En él se brinda un perfecto ejemplo de un clasicismo trascendentalista en orden de una crítica social, situación que ya habíamos considerado en nuestro trabajo “Crítica y épica: Una lectura sobre Una noche en el caballo de Troya de Antonio Cillóniz” publicado en el libro homenaje Cillóniz: valoración & trascendencia (2020). Los cantos “No son / ya el descanso del guerrero en medio de la batalla / sino la ira del tirano” («Arcano mundo»). En los anteriores versos se refleja el desplazamiento político de la esfera de la poesía, otrora festejada por guerreros, hoy censurada por los gobernantes en la modernidad.
Casi luego de treinta años, después de diversas reediciones de sus obras completas, no exentas de supresiones, aumentos y constantes correcciones de sus antiguos poemas, en Lima, bajo el sello Hipocampo Editores, consigue editar Opus est poesía completa (1965-2016) en 4 volúmenes, con valiosos tomos de poesías agregados a su anterior obra. El mismo año, formando parte de ese corpus, aparece otro de sus libros imprescindibles: Victoriosos vencidos (2016), un conjunto de seis poemas largos que evidencian su enorme deuda con la humanidad de Vallejo y Blas Otero. Con un estilo austero, señalado por Antonio Melis en su prólogo a la obra, en el que se propone resaltar la relación profunda con el espíritu colectivo, el poeta alcanza una de sus cimas creativas. Estamos en el acontecimiento de una poesía social, mas no política.
Las críticas sobre la Doctrina Monroe, el campo de exterminio de Mauthausen o la violencia de los totalitarismos son representadas de forma descarnada y de una gran carga dramática, sin caer en la afectación. Nos remitimos a citar parte de los versos finales de “En esta nueva Arcadia” para su cabal comprensión: “ya avanzan las orugas de los tanques / y al fin / las brigadas de asalto avanzan ya también / y al cabo / penetrarán las carnes / traspasarán los cuerpos / pero nunca entrarán / nunca entrarán jamás / en nuestros corazones vivos /desollarán las pieles a jirones / quebrantarán los huesos / pero no pisarán / nuestras conciencias / no pisarán jamás / ni un solo pensamiento nuestro”.
Resulta muy interesante percibir el fenómeno de la creatividad en un artista, especialmente en un literato. Schopenhauer solía manifestar que, en el genio, el intelecto primaba sobre la voluntad; sin embargo, a pesar de la sabiduría que convoca la vejez, es sabido que muy pocos autores llegan a escribir libros imprescindibles en una edad longeva. Como grandes excepciones tenemos a Cervantes, Gómez Suárez de Figueroa, Goethe y otros pocos. Cillóniz debe considerarse entre esos raros autores que, después de haber publicado obras de reconocida calidad estética en su juventud y madurez, sorprenden con iguales o superiores libros a sus setenta años. Luego de Victoriosos vencidos, continuó con Usina de dolor (2018), obra hermanada con la anterior por dignificar el dolor humano y denunciar la violencia del capitalismo –ahora célebre por ganar el Premio Nacional de Literatura (2019)– siguiéndole Tríptico de las Furias (2019), Versión del otorongo (2020) y el reciente Monumento a los escombros (2021). Claramente, parece ser que la productividad de Cillóniz se ha intensificado en esta década, y su reconocimiento como poeta mayor empieza a tener consenso general en el medio. Enhorabuena, probablemente estemos ante uno de los mayores líricos de nuestra literatura, e incluso del panorama hispanoamericano, en el que el ejercicio poético alcanza su hondura al revelar los designios de Diké, antigua deidad protectora de los hombres ante el falaz despotismo.
[14] Artículo publicado en la revista Ergo, nº 2, mayo 2021, págs. 46-48.
Cillóniz, Antonio (2019). Crítica & Poética. Lima: Hipocampo Editores.
______________ (2016). Opus est poesía completa (1965-2016). Tomo I. Mañanas de primavera. Lima: Hipocampo Editores.
______________ (2016). Victoriosos vencidos. Lima: Hipocampo Editores.
Gutiérrez, Teófilo (Ed.) (2020). Cillóniz: valoración & trascendencia. Lima: Hipocampo Editores.
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